Las
lentes de contacto corrigen la visión de muchas personas pero no hacen nada
para mejorar la visión borrosa de aquellos que sufren de degeneración macular
asociada al envejecimiento, una de las causas principales de ceguera entre las
personas maduras en el mundo. Ello se debe a que por la mera corrección del
foco del ojo no se restablece la visión central perdida de una retina dañada
por la degeneración macular asociada al envejecimiento.
Ahora, el equipo de Joseph Ford, de la Universidad de California en San Diego,
y Eric Tremblay de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) en Suiza,
ha creado una lente de contacto, telescópica pero delgada, que puede alternar
entre visión normal y ampliada. Con refinamientos adicionales, el sistema
podría ofrecer a pacientes de esa clase de degeneración macular un modo de
mejorar su visión bastante menos aparatoso que los dispositivos que se han
venido utilizando hasta ahora.
Los dispositivos comunes para ayudar a ver mejor a las personas con
degeneración macular asociada al envejecimiento distribuyen la luz hacia las
partes no dañadas de la retina. Estos dispositivos ópticos ayudan a sus
usuarios en una amplia gama de tareas importantes de su día a día, desde las
personales como el aseo y similares, hasta otras como leer o identificar
rostros.
Pero estos dispositivos no han logrado una aceptación amplia porque son, o bien telescopios bastante voluminosos instalados en la montura de unas gafas (lo que resulta poco estético para el gusto de la mayoría de usuarios potenciales que desean tener interacciones sociales lo más corrientes posibles, sin que todo el mundo sepa que tienen un problema visual agudo), o bien se trata de microtelescopios que requieren de cirugía para ser instalados en el ojo del paciente.
Pero estos dispositivos no han logrado una aceptación amplia porque son, o bien telescopios bastante voluminosos instalados en la montura de unas gafas (lo que resulta poco estético para el gusto de la mayoría de usuarios potenciales que desean tener interacciones sociales lo más corrientes posibles, sin que todo el mundo sepa que tienen un problema visual agudo), o bien se trata de microtelescopios que requieren de cirugía para ser instalados en el ojo del paciente.
El
nuevo sistema de lentes consta de un telescopio tan miniaturizado que se le ha
podido integrar a una lente de contacto, con sólo un milímetro de grosor
aproximadamente. La lente tiene una modalidad dual: El centro del lente provee
una visión sin ampliar, mientras que el telescopio en forma de anillo, situado
en la periferia de la lente de contacto, proporciona un aumento de 2,8 veces.
Para cambiar entre ambos tipos de visión, la normal y la ampliada, los usuarios
deben llevar unas gafas de cristal líquido originalmente hechas para ver
televisión en 3-D. Estas gafas, cuyo aspecto es básicamente el de unas gafas de
sol, bloquean selectivamente el sector amplificador periférico de la lente de
contacto, o bien el sector central que carece de esa amplificación. Los
cristales líquidos en las gafas cambian eléctricamente la orientación de la luz
polarizada, permitiendo que pase a través de las gafas la luz que tiene una u
otra de las orientaciones hacia la lente de contacto.
Las nuevas lentes de contacto y sus gafas complementarias se han presentado a
través de la Sociedad Óptica de América (OSA), una organización fundada en
Estados Unidos en 1916, con sede en Washington, D.C., y que agrupa a unos
17.000 científicos, ingenieros, y demás profesionales de la óptica y la
fotónica de más de 100 naciones. Aproximadamente el 52 por ciento de los
miembros de esta sociedad reside fuera de Estados Unidos.
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