Las
reflexiones están a la orden del día. Y es que existe una preocupación
latente por descubrir la química existente entre el hombre y la máquina, la
realidad aumentada y la neurociencia, las Google Glass y la cognición
aumentada. Se trata de conectar o no con nuestro mundo actual con el futuro
entorno extendido.
Millones
de acontecimientos, desde distintos sentidos, ocurren en el cerebro, durante un
solo segundo. Los aportes de la neurociencia nos permite comprender
nuestro cerebro y explicar cómo afectan su funcionalidad, morfología y
plasticidad las tecnologías y los medios de comunicación online. El
neuromarketing y la realidad aumentada constituyen dos caras de una misma
moneda.
El
neuromarketing estudia los efectos que la publicidad tiene sobre el cerebro
humano y aporta información concreta sobre cuáles son las teclas que hay que
tocar en el subconsciente para demandar mayores respuestas emocionales
positivas hacia el emisor, a partir de técnicas de medición de su actividad
cerebral.
La
efectividad en la comunicación publicitaria está íntimamente ligada a las
descargas eléctricas de 100 millones de neuronas que desembocan en sus puntos
de unión denominadas sinapsis. La emoción generada en el usuario, al
reconocerse en un insight, genera sustancias químicas conocidas como
neurotransmisores, tales como, por ejemplo, la dopamina (placer), la
acetilcolina (memoria), la noradrenalina (atención), la serotonina (humor), por
ejemplo.
La
publicidad se dirige al corazón, no a la razón. Cuando componemos un
anuncio buscamos despertar estímulos (conectividad emocional) en los cerebros
de nuestros consumidores, donde se alojan los razonamientos y emociones.
Nuestros mensajes deben ser precisos, directos y atractivos y deben
provenir de un análisis del destinatario, de sus niveles de atención, a fin de
plantear campañas que reposen sobre criterios científicos para determinar
momentos y frecuencia. 123
Las
estrategias de comunicación se estructuran sobre la base de nuevos conceptos
como la metaconciencia, el biofeedback, eye tracking y la resonancia magnética
para adquirir datos aplicables al posicionamiento de productos y servicios.
“Los estudios realizados hasta el momento han demostrado una buena
correlación entre los resultados obtenidos, mediante técnicas de investigación
convencionales como cuestionarios o focus groups y los obtenidos con estas
nuevas técnicas de investigación”1.
La
interactividad entre los mundos real y virtual solo es posible gracias a la
realidad aumentada. Su aplicación en la publicidad permite incrementar
los niveles de atención del usuario y activar en él determinados
neuroconectores como la dopamina, que significa un acercamiento intenso con las
emociones del consumidor, respecto al branding y fidelización de marca.
El
neuromarketing asociado a la realidad aumentada da un valor adecuado a la
emoción y se convierte en herramienta de gran espectacularidad, que
hiperestimula los niveles de atención de los usuarios y genera acciones
positivas, a pesar de engañar al cerebro al crear ilusiones. “La práctica
continua de acciones en estos entornos estimula la formación de nuevos sistemas
de “cableado” neuronal, los cuales se corresponden con cambios en los hábitos,
costumbre, valores y maneras de relacionarnos e interactuar”2.
Precisamente
la interacción entre los entornos aumentados distorsionan la percepción de lo
real-virtual, lo que ha devenido en un nuevo paradigma: La Cognición Aumentada
(AugCog). Este campo emergente de la neurociencia, producto de una verdadera
relación simbiótica entre lo real y lo virtual, tiene por objetivo desarrollar
métodos y herramientas de neurotech que puedan explicar el procesamiento de
información inherente a la interacción humano-máquina.
Las
Google Glass usados como ordenadores acoplados (wearable computers) se
convertirán, en breve, en el primer gran proyecto comercial de la realidad
aumentada que nos permitirá conectarnos a otro “cerebro”, sin cables.
Estos interfaces cerebro-computadora, nos permiten reconocer estos
dispositivos como la siguiente capa para una plena Cognición Aumentada, tal y
como soñó Stephen Hawking.
Fuente:
Tócame que soy realidad aumentada
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